viernes, 22 de enero de 2016

REFLEXIONES INGENUAS: “¿EMERGENCIA ECONÓMICA O URGENCIA SOCIAL?”

Por Carlos M. Rodríguez C.
Indudablemente el país necesita una reorientación urgente de su sistema económico. No sólo desde el punto de vista de la producción, sino de su estructura, es decir, el modelo productivo: producción, comercialización, distribución y consumo. Un cambio en las relaciones de producción que permitan transformar la sociedad en su conjunto.
Desde el inicio del proceso revolucionario bolivariano el Comandante Eterno insistió en la necesidad de transformar las relaciones de producción para la construcción de una sociedad justa, incluyente, participativa y protagónica, basada en los principios ético de El Libertador, las ideas libertarias de Ezequiel Zamora y los fundamentos educativos de Simón Rodríguez. Insistía que para lograr tales fines, era necesario construir nuevas bases económicas, que garantizaran a la población la satisfacción de sus necesidades perentorias y las cuales deben descansar en la participación y protagonismo de las comunidades a fin de garantizar la pertinencia, la corresponsabilidad, la cogestión y la contraloría social.
Sus primeras medidas se dirigieron a garantizar el derecho al trabajo, la salud, la alimentación, entre otras, para lo cual diseñó una política de expropiaciones a las empresas que fuesen improductivas o amenazaran con quiebra para ocasionar un aumento del desempleo y por ende, agravamiento en las condiciones sociales del país, más de las que ya había conseguido el Presidente, por la política neoliberal que rigió en los últimos 40 años el destino del país. Igualmente se redactaron los decretos de inamovilidad laboral, se amplió al ámbito de los artículos de primera necesidad y se estableció el control de precios; de la misma manera se aprobó el control de cambio, debido a la especulación cambiaria que originó un alza de la inflación desmedida.
Chávez estaba claro en que al estado capitalista había que derrocarlo a través de la trasformación de la base económica, pero también con un  componente ético-moral, apoyado en el estrato jurídico para consolidar y radicalizar los cambios sociales y poco a poco fue estimulando el enfrentamiento entre las clases, exhortando al pueblo a tomar el poder, a organizarse para poder tener acceso a los recursos, para que administrara dichos recursos, que rindiera cuenta, pero que también fueran vigilantes de las acciones del estado a fin de participar en la contraloría social, en la ejecución prístina, efectiva de los recursos y de las obras ejecutadas, en ejecución o por ejecutar.
Todo su empeño lo volcó durante los 15 años que dirigió los destinos del país a construir una sociedad socialista, a cambiar radicalmente el modo de producción y a la transformación del estado actual. La muerte truncó sus sueños, y con los sueños de miles de venezolanos que apostaron a la realización de sus ideales porque también eran los de ellos.
Pocos de los integrantes de  sus ministros, gobernadores, alcaldes, del aparato burocrático; ni siquiera de las organizaciones populares, del poder organizado del pueblo como los consejos comunales, las comunas, acompañaron a nuestro comandante en esta inmensa tarea. La desidia, el egoísmo, el personalismo, el protagonismo perverso, el individualismo, el interés personal, la mentalidad capitalista y neoliberal pudieron más que el sueño libertario de nuestro comandante. La corrupción, la ineficiencia, el abandono, la falta de identidad nacional, la falta de conciencia ciudadana dominó el escenario público y hay día, que se requiere del concurso de todos aquellos que creemos en el proceso revolucionario, que estamos dispuestos a acompañar al Pte. Maduro en la reconstrucción del aparato productivo del estado, nos conseguimos con las instalaciones para la producción desmanteladas, quebradas, derrumbadas, asaltadas, arrasadas por la desidia, la perversión y el clientelismo político. El bolívar superdevaluado, el contrabando igualito, el rentismo petrolero intacto. Y la escasez, el acaparamiento, la hiperinflación, el bachaqueo, las colas, el sufrimiento del pueblo continúa.  Pero pareciera que nada ha pasado, que no pasa nada.
Queremos hacer algunas consideraciones apoyándonos en el árbol de las tres raíces, fundamento filosófico de la revolución bolivariana, en torno a  esa situación, de los procedimientos para abordar la construcción del aparato productivo del estado en concordancia con el modelo socialista, su orientación social y económica, así como de la integración del Consejo Nacional de Economía, instancia asesora para la reconstrucción referida.
En primer lugar, ¿Cómo podemos solventar la crisis económica del país, fundamentalmente el desabastecimiento, la escasez y el bachaqueo, si los culpables de dicha situación están dentro  del estado, en los comerciantes, en los empresarios, en los organismos de seguridad, integrantes de las comunas, consejos comunales, cooperativas, EPS, etc.?
Segundo: Dentro del Consejo Nacional de Economía participan funcionarios que han demostrado ineficiencia, negligencia e, incluso, denuncias por actos dolosos dentro de la administración pública. Igualmente participan empresarios sospechosos de haber incurrido en ilícitos con la utilización de los dólares preferenciales, ¿Cómo se puede garantizar la pulcritud, la honestidad de sus propuestas?
Tercero, ¿Cómo podemos reconstruir el aparato productivo de estado si las instalaciones del estado no tienen recursos, ni insumos, ni productos, ni están operativas? Si no ha habido una política acertada de mantenimiento, de autoabastecimiento, de rentabilidad social y económica?  Hagamos un recorrido por las EP, salvo excepciones, la mayoría están quebradas, desmanteladas; igual las empresas expropiadas; las cooperativas. Las comunas agrícolas, las empresas del estado proveedoras de insumos agrícolas, las empresas cementera y un largo etc.
Cuarto, ¿Cómo incorporamos a las comunidades sin las mismas no cuentan con el apoyo mínimo por parte del estado, no cuentan con recursos, con las condiciones mínimas para la producción, no tienen insumos, ni ha habido voluntad política para que se fortalezcan, se desarrollen?
Creemos que el primer paso a dar, para generar confianza en proceso a iniciarse, es el elemento ético-moral. Hay que demostrar seriedad y hacer que los culpables de la debacle institucional rindan cuentas y sean sancionados en los términos que indican las leyes y los reglamentos. Hasta ahora no han puesto a ningún culpable de omisión, ineficacia, ineficiencia. Ni ministros, viceministros, directores de línea, coordinadores, presidentes de entes, fundaciones, etc. Nadie rinde cuenta ni paga sus culpas. Es más, los premian nombrándolo titulares de otro Ministerio, Vice ministerio, Dirección, o cargo importante. Lo decía el Libertador en su Manifiesto de Cartagena, la impunidad elemento coadyuvante la caída de la Primera República.
Segundo, la necesidad de la incentivación del trabajador, la igualdad social. Cómo es posible que todavía se mantenga la diferenciación entre el trabajo intelectual y el trabajo manual como referencia para el disfrute de los beneficios sociales y económicos de los trabajadores y la población en su conjunto. Viáticos, ticket de alimentación, seguridad social, varía dependiendo de su ubicación en la estructura de trabajo. Igualmente la diferencia de sueldos y salarios en las instituciones pública conspira contra el espíritu de cuerpo de los trabajadores con sus instituciones. Igualmente la incorporación de trabajadores a  las instituciones oficiales. Créditos para microempresas, reparación de viviendas, son otorgados dependiendo el nivel social y económico.  Zamora luchó contra estas desigualdades.
Tercero, la preparación de la población para la productividad. La sociedad venezolana  vive presa del consumismo, de la ética capitalista neoliberal. El consumismo trastocó los valores republicanos del trabajo, la exportación, el orgullo nacional.  Nadie siembra ni siquiera en el patio de su casa, nadie repara. Los artículos adquiridos tienen que ser de marca y de alto costo. Simón Rodríguez basaba sus principios educativos en la formación de un ciudadano consustanciado con el trabajo productivo. Es fundamental crear una ética consustanciada con el trabajo productivo pero liberador, creador de independencia económica, de ciudadanía, de riqueza espiritual.
Cuarto, ¿Cuál es el modelo que primará en la reconstrucción del aparato productivo y la solución para los problemas, sus  causas y sus  consecuencias? Aparentemente hay un diálogo entre la burguesía y el pueblo. Recordemos que hay contradicciones antagónicas irreconciliables en todos los niveles, especialmente el económico. La grey chavista apuesta a la profundización de la construcción del modelo socialista, a la defensa de los derechos del pueblo, a la inclusión, a la participación protagónica y a la justicia social. Cualquier conciliación, retroceso, negociación  será considerado una traición y va a ser cobrado. Una alianza con la burguesía explotadora, que ha sometido al pueblo a hambre, muerte, enfermedades, explotación, escasez y recientemente a una guerra económica, contrabando, bachaqueo, inflación, es una puñalada al pueblo, a Chávez.
El pueblo está alerta, desea participación en los procesos que están desarrollándose, desea ser contralor y coparticipe de las decisiones que haya que tomarse.  Pide acciones urgentes. No es una Emergencia Económica, es una Urgencia Social.
Es ahora o nunca.
Patria socialismo o muerte. Venceremos

jueves, 21 de enero de 2016

COLOMBIA: LA GRAN CONFUSION DEL MOMENTO






Por Fernando Dorado
 


Similar a lo ocurrido en 1991, existe una gran confusión entre las fuerzas democráticas y de izquierda sobres los alcances de los acuerdos que se consigan firmar en La Habana y las consecuencias que tendrá para la sociedad.

Por entonces, iniciando la década de los años 90s, el gobierno neoliberal de Cesar Gaviria Trujillo impulsó –al calor de los acuerdos firmados entre el M19, EPL, Quintín Lame y otros grupos guerrilleros–, una serie de reformas constitucionales que se quedaron en el papel.

A pesar de los cambios normativos, el poder del Estado quedó en manos de la oligarquía y del imperio estadounidense, su gran aliado. Y por ello, casi nada cambió.

Las fuerzas democráticas y progresistas se convirtieron en colaboradoras de ese proceso, participaron en el ministerio de Salud, creyeron en la buena fe de un sector de las clases dominantes (Álvaro Gómez Hurtado) y limitaron su acción a impulsar pequeñas reformas en alianza con la burguesía burocrática (Ernesto Samper).

De esa forma, algunos cambios importantes en las normas constitucionales sirvieron de cobertura para implementar en Colombia –con la ayuda de las fuerzas “progresistas”–, lo que denominamos la primera fase de neoliberalismo, sobre todo en el campo de los servicios públicos domiciliarios, la salud y parte de la economía.

Además, el conflicto armado se degradó en la década de los años 90s del siglo XX. Ese fenómeno sirvió de parapeto para que a principios del siglo XXI llegara al gobierno el político mafioso, líder del paramilitarismo, Álvaro Uribe Vélez, quien desconoció de hecho la Constitución de 1991 y profundizó la aplicación de las políticas neoliberales.

Para América Latina quedó una gran lección: una nueva Constitución Política no es garantía de cambio por sí misma. Para realizar trasformaciones sustanciales se requiere –por lo menos– tener el control del Estado y una gran fuerza popular organizada.

El momento actual

Estamos de acuerdo con la terminación negociada del conflicto armado. Eso no tiene discusión. Pero...

Lo que se cuestiona es que por el afán de presentar ese hecho como un gran triunfo de la guerrilla y de la “democracia”, contribuyamos con Santos a engañar al pueblo y a desarmarlo ideológicamente para que no luche por cambios sustanciales (estructurales) de la sociedad, por temor a ir contra la “paz”.

El gobierno quiere limitar las luchas sociales y políticas a la implementación de los acuerdos. Lo que se salga de esos parámetros ya es calificado como una “lucha contra la paz”.

Es lo que hemos afirmado: la casta dominante colombiana logró instrumentalizar el conflicto armado desde 1983; ahora pretende instrumentalizar la paz.

Con los acuerdos de “paz” se pretende domesticar (limitar) las luchas de los pueblos y de los trabajadores al marco básicamente neoliberal y pro-capitalista que tienen dichos acuerdos.

Ya lo estamos viendo con la preparación de la protesta que se ha planteado por un aumento digno del salario mínimo y contra la venta de ISAGEN.

Las fuerzas democráticas y de izquierda están vacilantes y temerosas, y por ello, le están dejando el protagonismo a la derecha uribista.

Es un grave error.

Popayán, 11 de enero de 2016

E-mail: ferdorado@gmail.com / Twitter: @ferdorado

Francisco pidió que en la cumbre de Davos "no se olviden de los pobres"



Por:


21 Ene. 2016 - Durante cuatro días, la ciudad de Davos, Suiza, se erige como la capital del libre mercado. Líderes políticos y de empresas internacionales participan del Foro Económico Mundial, entre ellos el presidente argentino Mauricio Macri, su ministro de Hacienda Alfonso Prat-Gay y la canciller Susana Malcorra, quienes vienen reclamando la necesidad de "abrirse al mundo" para conseguir inversiones. Ante este escenario, la voz del Papa Francisco sonó fuerte ayer cuando les reclamó a los participantes del Foro que "no se olviden de los pobres".

"Hay una clara necesidad de crear nuevas formas de actividad empresarial que, mientras fomentan el desarrollo de tecnologías avanzadas, sean también capaces de utilizarlas para crear trabajo digno para todos, sostener y consolidar los derechos sociales y proteger el medioambiente. Es el hombre quien debe guiar el desarrollo tecnológico, sin dejarse dominar por él", sostuvo el pontífice en un texto difundido ayer por la Santa Sede.

"¡No se olviden de los pobres! Este es el principal desafío que tienen ustedes, como líderes en el mundo de los negocios", exigió el argentino a los empresarios convocados en Davos. "Llorar por la miseria de los demás no significa solo compartir sus sufrimientos, sino también y sobre todo, tomar conciencia de que nuestras propias acciones son una de las causas de la injusticia y la desigualdad", agregó.

No es la primera vez que Francisco alerta sobre la otra cara de los negocios del capitalismo y la necesidad de tener presente siempre la demanda del trabajador. "Como he señalado muchas veces, y lo reitero ahora con mucho gusto, la actividad empresarial es `una noble vocación orientada a producir riqueza y a mejorar el mundo para todos`, especialmente `si entiende que la creación de puestos de trabajo es parte ineludible de su servicio al bien común`", dijo esta vez.

"Como tal –continuó-, tiene la responsabilidad de ayudar a superar la compleja crisis de la sociedad y del medio ambiente, y luchar contra la pobreza. Esto hará que sea posible mejorar la precaria condición de vida de millones de personas y cerrar la brecha que da lugar a numerosas injusticias, que erosiona los valores fundamentales de la sociedad, como la igualdad, la justicia y la solidaridad".

Aunque nada indica que haga especial referencia al momento actual de la Argentina, el Papa aportó un párrafo que cuestiona, por elevación, los despidos, justo en medio de los reclamos de trabajadores argentinos por las bajas de contratos que se vienen denunciando y anunciando en el país desde la asunción de Macri como presidente, tanto en el empleo estatal como en el ámbito privado.

"Los albores de la así llamada `cuarta revolución industrial` han sido acompañados por una creciente sensación de la inevitabilidad de una drástica reducción del número de puestos de trabajo. Los últimos estudios conducidos por la Organización Internacional del Trabajo indican que, en la actualidad, el desempleo afecta a cientos de millones de personas", precisó Francisco.

"La 'financialización' y la 'tecnologización' de las economías globales y nacionales, han producido cambios de gran envergadura en el campo del trabajo", agregó. Y puso el énfasis en algunas consecuencias como "menos oportunidades para un empleo satisfactorio y digno, conjugado con la reducción de la seguridad social, están causando un inquietante aumento de desigualdad y pobreza en diferentes países".

Del Foro Económico Mundial participan, entre otros, el vicepresidente de los Estados Unidos, Joe Biden, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y su par de Gran Bretaña, David Cameron, quien hoy se reunirá con el mandatario argentino en un encuentro bilateral.