Por
Carlos M. Rodríguez C
El mensaje del Pte. Obrero
Nicolás Maduro ha sido suficientemente claro…al menos así lo percibí. Ha
declarado la guerra frontal a las pretensiones de la derecha (exógena y
endógena) de revertir el proceso revolucionario bolivariano.
Para tales efectos se decidió
a forzar la barra. La detención del Alcalde Metropolitano Antonio Ledezma
constituye un acertado golpe a la derecha,
ya que pone al descubierto, no sólo la decisión de afrontar al imperio y sus
secuaces de una vez por todas, sino también las posibles implicaciones de infiltrados
en el gobierno que estén actuando dentro y fuera de las instituciones del
estado.
Y pone también en la mesa de
discusión las debilidades o fortalezas de los sistemas de inteligencia y contrainteligencia
del gobierno, su capacidad para organizar al pueblo en contra de las posibles
acciones golpistas (guarimbas, sabotajes, actos violentos, etc.) así como la
activación de una respuesta efectiva en caso de un ataque o amenaza, tanto
externa como interna, al territorio nacional.
También asoma el tema del
PSUV como vanguardia organizativa del pueblo, su papel como brazo político de
la revolución, motor movilizador del pueblo a través de su estructura
política-organizativa y las pugnas internas así como las posiciones disidentes,
pero que tienen efectos divisionistas, y por ende, de resquebrajamiento de la
revolución (unos abiertamente, otros solapadamente), al igual que otros
factores revolucionarios, tales como el GPP, partidos, colectivos, personalidades
o tendencias que apoyan, o supuestamente apoyan, a la revolución.
De ahí que su increpación a
los trabajadores acerca de las acciones a seguir en caso de la concreción del
golpe, nos muestra la postura del Presidente Obrero de romper la brecha entre
el gobierno y el pueblo, brecha que se ha ido construyendo, ampliando y
consolidando por la burocracia, la corrupción, la ineficiencia, la inoperancia
y la incapacidad del Estado para darle respuestas a las necesidades perentorias
del pueblo.
Y nos expresó su decisión a
resistir hasta las últimas consecuencias ante un golpe de estado, una invasión
o cualquier acción que ponga en peligro su seguridad personal, la de su familia,
la revolución y el pueblo. Es decir mantenerse hasta el final si es el caso.
Aplaudo su coraje y su
valentía. Y lo estratégico de su acción al golpear al enemigo interno más
importante, el Alcalde Ledezma, ya que él es el factor más poderoso por su
ubicación estratégica y política, con lo cual divide al sector opositor más
radical.
Mantenemos la debilidad en
cuanto a lo difícil que resulta derrotar la guerra económica, por lo intrincado
y poderoso del enemigo; a la guerra mediática por las mismas razones, pero las
cartas están echadas.
Veremos quienes de los que
se autoproclaman revolucionarios hasta la muerte cierran filas con Maduro y la
revolución, o quienes siguen cacaraqueando, vacilando, conspirando, hablando
paja.
Los que quieran patria deben
tomar su trinchera y preparar las armas teóricas y prácticas del socialismo y
la revolución. No es poco por lo que se lucha, se trata de la Patria, de la
libertad, de nuestros hijos, de la humanidad
Rememoremos
la frase de Bolívar: ¡Cuando el Clarín de la Patria llama, hasta el llanto de
la Madre calla! Simón Bolívar
Patria, socialismo o muerte.
Venceremos
carrodas@gmail.com