"Casi nadie sabe quien fue Trici, y ya casi nadie lo sabrá. La
Historia es así, no es para quejarse ni putear, solo asumirla. Cientos de miles
de compañeros caídos heroicamente en cientos de lugares del mundo, en procesos
donde se conocen los grandes hacedores y -lamentablemente- los grandes
traidores. Hay que reconocer que Trici tampoco contribuía mucho a que la
conocieran, era una tapada, una compañera bien de base, pero no por ello dejó
de ser una aguerrida combatiente montonera.", Así lo expresa nuestro
compañero "El Negro Soares" en esta sentida nota que evoca la vida la
lucha de Trici.
Fue legalmente Beatriz Meana, y
clandestinamente la "Coca", sabe Dios porqué se hizo llamar así, era
una tabla, ella se burlaba y se reía de si misma por eso, lo cierto es que de
la otra Coca (la Sarli) no tenía nada.- Para toda la Mar de Plata insurgente de
los setenta era Trici, la enfermera, la del Barrio Juramento. Era una petiza
flaquísima, huesuda, alimentada a mate y cigarrillos, no la recuerdo ni comiendo
ni durmiendo, jamás dormía. - Y jamás paraba, no era posible verla quieta.-
Fue fundadora de Montoneros en Mar del Plata, pero eso es poco decir, es casi no decir nada comparado con todo lo que fue e hizo en su vida de militante revolucionaria.-Se podría decir que Montoneros nace en Mar del Plata con Trici.- No por su importancia en estructuras organizativas, sino por su colaboración para que las cosas ocurrieran.- Los cuadros importantes tuvieron que recurrir a ella para el armado de la Organización.
Fue fundadora de Montoneros en Mar del Plata, pero eso es poco decir, es casi no decir nada comparado con todo lo que fue e hizo en su vida de militante revolucionaria.-Se podría decir que Montoneros nace en Mar del Plata con Trici.- No por su importancia en estructuras organizativas, sino por su colaboración para que las cosas ocurrieran.- Los cuadros importantes tuvieron que recurrir a ella para el armado de la Organización.
En las clínicas donde trabajó se
armaron las primeras reuniones, en la gran infraestructura propia que siempre
conseguía, que sacaba inexplicablemente de la manga, se fue cocinando la
estructura montonera que luego se extendió por toda la ciudad
Las primeras reuniones
motorizadas por Quique Pecoraro y otros enormes cuadros como Oscar Degregorio
"el Sordo Sergio" o el "Gordo Oscar" Chiocarello las
armaron con Trici, para intentar encuadrarnos en Montoneros y en la difícil
tarea de canalizar y disciplinar nuestra impaciencia adolecente. Muchos de los más duros combatientes que Mar
del Plata ofrendó a la revolución socialista y que cayeron heroicamente en toda
la Argentina eran un poco más que niños cuando Trici trajinaba para conseguir
la infraestructura que se le requería.
Muchos dudamos y nos quedamos
boquiabiertos cuando quien fuera después un gran Comandante, el "Sordo
Sergio" nos planteó que al proyecto revolucionario de Montoneros "se
entra de por vida".- Era claro el Sordo, porque no se refería solo o
exclusivamente a la Organización sino al "proyecto revolucionario", a
la coherencia que debíamos tener en el resto de nuestras vidas para luchar por
la Liberación Nacional y el Socialismo.
Ella no dudó, no se extrañó, no
se sorprendió ni se amilanó como hicimos algunos de nosotros, o al menos yo.-
Era una obrera, una trabajadora, alguien que sentía el calor de la clase social
a la que pertenecía, era impensable que dudara o se atemorizara.- Trici amaba,
quería de verdad a la gente, eso la movilizaba.
Y se cargó al hombro las peores
tareas, abrió barrios y locales en las zonas mas marginadas y castigadas por la
pobreza como eran Juramento o Termas Huinco en la zona del Martillo, en el sur
marplatense.- Construyó los locales de la organización con chapas, cartones,
maderas, y pisos de tierra.- Fundó salitas de primeros auxilios.- Organizó a
los sectores mas rústicos de la Ciudad.-
Y paralelamente fue una militante montonera, con puntualidad suiza a las reuniones clandestinas, con entrega absoluta cuando se la requería.- Luego vino la Unidad con las FAR que también hacían su proceso para la misma época en Mar del Plata.
Y paralelamente fue una militante montonera, con puntualidad suiza a las reuniones clandestinas, con entrega absoluta cuando se la requería.- Luego vino la Unidad con las FAR que también hacían su proceso para la misma época en Mar del Plata.
Pinchó montones los culos tanto
dando antitetánicas (obligatorias ante la posibilidad real de heridas de bala)
como administrando todo tipo de medicamentos. Ahí anda todavía Trici con su
botiquín corriendo en Ezeiza entre las balas de los sectores pro oligárquicos y
pro imperialistas del Peronismo. No durmió atendiendo compañeros durante el
viaje de regreso.
Jamás quiso que se supiera, ni
dijo en cuantas operaciones militares participó como apoyo con toda su carga
médica. El enemigo lo supo o lo dedujo, y apenas el Golpe del 76, fue secuestrada
por el Ejército y sometida a las peores torturas imaginables.
Unos días antes de su secuestro
una patota del Ejército apareció en un bar donde varios compañeros estaban
reunidos, hubo un intenso tiroteo y resultó muerto el Jefe del grupo atacante,
un oficial que además era interrogador en el GADA 601 llamado Cativa Tolosa. Todos los compañeros lograron salir de la
emboscada, incluyendo Raúl Del Monte, el querido "Pájaro" (caído
posteriormente vivo y trasladado a Mar del Plata para ser interrogado, hoy
desaparecido). Trici fue acusada en la
tortura de haber curado las heridas del Pájaro en ese enfrentamiento. También la acusaban de haber curado a Candela,
una de las compañeras que ingresó con "Felipe", el comandante Arturo
Lewinger a la comisaría 2da para rescatarme cuando fui detenido. Ella negaba todo, no les dio ni un solo dato
durante los meses que estuvo detenida/desaparecida.-
La pasó muy mal, y se salvó de una muerte segura por una simple casualidad: años antes le salvó la vida a un niño al que internaron desfalleciente en la Clínica donde trabajaba. El padre de ese niño resultó ser mucho después un importante General del Proceso, de modo que los médicos y dueños de la Clínica lo llamaron y le recordaron la deuda que el tipo tenía con Trici.
La pasó muy mal, y se salvó de una muerte segura por una simple casualidad: años antes le salvó la vida a un niño al que internaron desfalleciente en la Clínica donde trabajaba. El padre de ese niño resultó ser mucho después un importante General del Proceso, de modo que los médicos y dueños de la Clínica lo llamaron y le recordaron la deuda que el tipo tenía con Trici.
Y así zafó y la liberaron,
destruida y arrasada por las secuelas de la tortura que nunca se le fueron,
pero zafó.- Nunca jamás se asumió como una ex prisionera, habló poco de su
detención, odiaba que le tengan lástima, ni siquiera reclamó indemnización. Antes
de poder despedirme y poder hablar bien con ella de la inminencia de su muerte,
la vi en el acto en homenaje a los compañeros marplantenses asesinados por la
CNU/tres A y la Policía, organizado por el querido Jorge Casale, hoy puntal en
los juicios contra el CNU. Eso fue en marzo del 2010.
Era la misma Trici de siempre,
altiva, inclaudicable, dura en sus apreciaciones, algo apenada y resentida
porque no comulgaba con el Gobierno.- Ella y Eduardo González me dieron una de
las mayores alegrías de mi vida: trajeron a los viejos compañeros y vecinos de
los barrios que abrimos por 1972/73 que aparecieron portando una bandera hecha
en una sábana vieja, como se hacía antes. Trici y Eduardo jamás dejaron de
volver una y otra vez a esos barrios y mantuvieron una estrecha relación personal
con todos los compañeros. Ella también era una piñon fijo, como lo seguimos
siendo algunos, otra que no giraba, otra que se quedaba en el tiempo, otra que
no "evolucionaba", se enorgullecía de "seguir siendo
montonera", y se emocionó hasta las lágrimas cuando le presenté al viejo
Jefe montonero que nos acompañó.
Pude despedirme de ella, por
suerte, estaba tranquila, orgullosa de sus sobrinos que eran -con su hermana-
la única familia, hablamos mucho, no veía bien el actual proceso político,
estaba preocupada pero con una confianza ilimitada en el Pueblo y la Clase
obrera argentina.- Pasó revista a decenas de compañeros caídos, nombró a
muchos, recordó que era una compañera de fe religiosa, siempre lo fue. Tenía
esperanzas en reunirse con algunos, en especial con el "Chino"
Federico Celesia y con "Juanita" Estela Dorado, gran amiga de su
militancia de toda la vida. Murió el 22 de enero del 2013. Cargada de morfina,
adormecida, volvía a esos días terribles de tortura. Cuando nos saludamos y me
levanté para irme, me dijo con un esfuerzo para intentar sonreír "querían
saber si yo lo curé al Pájaro" "les dije una y otra vez que yo no lo
curé, no sé porque no me creían".
Tranquila Trici querida, todos
sabemos que no curaste al Pájaro Del Monte, tampoco curaste la mano de Candela,
se habrán curado solos, después de todo, eran montoneros, igual que vos, esos
milagros ocurrían en la guerra revolucionaria.
Probablemente no haya homenajes
altisonantes para vos compañera, quizás en otra Historia con otro relato, no
con el actual. Tu historia de vida no
vende, tampoco tus sacrificios, pero no dudes que estás en el corazón y en la
vida de muchos montoneros marplatenses y de todos aquellos que curaste y
salvaste.-
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